El dominio del mundo

Aquella noche, el gran dirigente Davor Johansen, no conseguía pegar ojo. Al día siguiente tendría lugar una importante reunión en la que él y otros hombres poderosos forjarían una terrible alianza y ultimarían los detalles de un complejo plan; un plan que les permitiría hacerse con el dominio estratégico y económico del mundo.

Daba vueltas en la cama, mientras sus pensamientos volvían, una y otra vez, sobre las mismas cuestiones. Sopesaba la influencia estratégica y militar adquirida en África y en otras regiones sensibles; la compra de tierras de cultivo y la adquisición de deuda de terceros países; el control de la opinión pública y la eficacia de sus redes de desinformación. Estos problemas eran un reto para él, pero ninguno de ellos le amilanaba ni le hacia desistir de sus ambiciones.

Había, sin embargo, un tema de fondo que le inquietaba, que sembraba en él terribles dudas y que socavaba sordamente su confianza: en esos días, tenía albañiles en casa y, por más que lo intentaba, le era imposible conseguir que estos realizasen las obras de reforma según sus indicaciones.

One thought on “El dominio del mundo

  1. jajajajaj eso si que es sentido del humor. Ni el hombre mas poderoso del mundo, ni el hombre mas maquiavelico, puede conseguir que los albañiles que estan haciendo las obras de reforma en su casa lo hagan como él quiere. Al final está claro que no dominara el mundo, solo se creerá que lo domina, y él será el dominado. Jajj

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